Durante las tres horas que dura la Procesión los judíos que fustigan a Jesús y los saiones que les acompañan van recitando toda una retahíla de versos callejeros.

Versos llenos de fuerza y ​​origen popular

Aunque en conjunto quizás pasan un poco desapercibidos para el público en general debido al carácter itinerante de la representación, merecen ser tenidos muy en consideración, tanto por su tono burlesco (van dirigidos al Condenado) como por la gracia especial que tienen: unos son más largos y elaborados, otros son breves y rústicos, todos ellos, pero, de ellos, pero origen popular. Los judíos parecen querer arrancar las palabras de las entrañas de la tierra y enviarlos a las profundidades del cielo.

Los suyos son versos con sonoridades rotundas, algunos de sencilla elegancia, otros dialogados, algunos exuberantes, laberínticos y arriesgados, otros festivos y con burlescas o acompañados de gestos sublevantes. Algunos ejemplos de estos versos cortos callejeros son:

  • El hijo de un pobre carpintero
    nuestro rey presume ser.
    Hombre que nace entre pajas
    debe ser rey de risas.

  • Ya estoy cocido y requemado
    de tan largas ceremonias.
    Hombre que haces el valiente,
    ¿cómo es que te faltan las fuerzas?
    Pues caes en cada momento
    besando la tierra, y temblas.

  • Si a otros muchos has salvado,
    ¿cómo no te salvas tú mismo?
    Y, cómo, si eres hijo de Dios vivo,
    ¿no dejas esta cruz?