Las primeras citas escritas que mencionan la Procesión de Verges son dos documentos eclesiásticos siscentistas procedentes del Archivo Diocesano de Girona. Uno de ellos, que data del 20 de abril de 1666, ya la califica de costumbre:
"Con decreto del ilustre y muy reverendo señor Pedro Barril, doctor en derechos, vicario general, a petición de los jurados, y obreros de la iglesia parrochial de la villa de Verges, del presente obispado de Gerona, se concentó y se da facultad y licencia a los reverendos curados y presbíteros y demás parrochianos de la noche del Jueves Santo próximo vengan y les sea lícito, con la modestia, compostura y devoción que debe, hacer la profesión que en semejante noche se acostumbra de hacer por los lugares acostumbrados de dicha villa, en fe de las cuales cosas se hacen las presentes en el seno del seno del mes de abril.




Regulación de los Misterios Teatrales
Este documento, como otros muchos, autorizaba los misterios teatrales medievales que se habían hecho libremente hasta entonces en los pueblos del Obispado de Girona. A partir de entonces, tuvieron que someterse a los controles del Concilio de Trento para obtener el plazoleta reglamentario.
Fray Antonio de San Jerónimo publica La gran tragedia de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
Un texto que aglutina buena parte de las pasiones medievales y que obtiene el necesario Nihil Obstat para garantizar la ortodoxia de los actos que la utilizarán, que en poco tiempo fueron la mayoría y la Procesión de Verges también.
Estos textos, ampliados y modificados en reiteradas ocasiones fueron de uso común para la mayoría de las representaciones pasionísticas catalanas hasta la mitad del S. XX, cuando fueron modificados o incluso cambiados atendiendo a los cambios estéticos o simplemente para realizar una necesaria actualización lingüística. En Verges, esta actualización fue ideada y llevada a cabo después de la guerra de 1936-39 por los hermanos Carlos y María Perpiñán, en los aspectos escénicos y textuales respectivamente. Después de la intervención de María Perpiñán, ya no podemos hablar de La Gran Tragedia de Fray Antoni sino de La Procesión de Verges y si bien en las últimas décadas ha habido algunos retoques escenográficos y textuales, han sido para completar y actualizar la reforma de los Perpiñán.
La tradición es cambiante porque está viva y se va adaptando al tiempo, y cuando hay un cambio estructural importante, suele ir acompañado también de cambios en la organización.
Así los jurados y obreros que, según consta en el documento que mencionábamos antes, eran los responsables de la Procesión de Verges, serán sustituidos, en 1669, por los pavordes de la Cofradía de la Sacratísima Sanch de Nuestro Señor Jesuchrist . Ya en tiempos más recientes, en 1954, la Cofradía fue sustituida por el Patronato de la Procesión del Jueves Santo, que organizó la Procesión hasta 1996, cuando los aires democráticos llevaron a la creación de la actual Asociación "La Procesión de Verges" .