La Procesión de los Pequeños es la reproducción de la procesión de los mayores, si bien con menos protagonistas y algo abreviada. Los versos son los mismos que los de la procesión del Jueves Santo, la mayor parte del vestuario es heredado de la procesión de los mayores y la forma de interpretar, tanto gestos como palabras, quieren ser una reproducción exacta de la procesión de los adultos.

Obra ganadora
David Guardia Rodriguez
Primera edición del Concurso de Carteles de La Procesión de los Pequeños de Verges.
Empieza en la Plaza, donde se escenifican algunos de los diálogos de la vida pública de Jesús (la Samaritana, el Ramo, la Santa Cena, el Huerto de Getsemaní y Poncio Pilato o la Sentencia). Seguidamente se forma la procesión, en la que, con un recorrido más corto que el del jueves, se representan únicamente las escenas de la primera caída y de la reverencia de la muerte en la plaza de la iglesia.

Unas raíces de improvisación
La Procesión de los Pequeños salió como un juego de imitación por parte de los niños de Verges desde no se sabe muy bien cuándo. Lo único cierto es que todos los abuelos y abuelas de Verges aún recuerdan haberlo hecho, a veces muy esplendoroso, a veces más sencillo, pero siempre puntual cada Sábado Santo por la tarde.
La Procesión de los Pequeños es la base donde los futuros actores aprenden, entran en contacto con el público, y sobre todo sienten aquella emoción en su interior que les llevará a amar la procesión ya anhelar poder ser, en el futuro, protagonistas de la Procesión del Jueves Santo. Es una herramienta básica para asegurar las formas de transmisión tradicionales, ya que en lo que los pequeños ejecutan con voluntad de imitar a los mayores, se produce una transmisión por mimesis de dicciones, gestos y movimientos escénicos que después tendrán continuidad cuando los pequeños pasen a la procesión de los mayores.
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Las Manages
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Los Apóstoles
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La Danza de la Muerte
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Jesús con los Judíos