Justo antes de los días de pasión, Jesús es aclamado como Salvador, como Mesías, por un gran gentío en Jerusalén. Sin embargo, Jesús no pierde su humildad pues entra en la Ciudad Santa no como un rey con todo su séquito sino sobre un burro y rodeado sólo por sus discípulos y por el pueblo pequeño.

Esta escena recrea la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde es recibido por la multitud con palmas y gritos de hosanna. Las frágiles hojas de laurel, olivo y palma llenan delicadamente las manos y brillan los ojos de la multitud que parece tener alas en los pies cuando camina con la agilidad que sólo puede dar la alegría.

La entrada de los participantes es espectacular, por todos los caminos que conducen a la Plaza y nos transporta hacia el paraíso del tiempo. Suena nítidamente la Hosanna que sube al cielo impelida por una polifonía que inventa el infinito del amor.

El Ram

Las chiquillas y chiquillos son los verdaderos protagonistas del cuadro, a manos de los padres, madres, abuelos u otros figurantes transportados por la emoción de la escena más participativa de la Pasión. Llenan el espacio de los vivísimos colores de los vestidos: de oro, de arena rosada, de azules densos, de marrones de barro, de verdes pastosos...

La Samaritana

Esta escena narra la conversión de una mujer de vida disoluta. Jesús se sienta a reposar cerca del pozo de Jacob, en Samaria. Llega la samaritana para sacar agua y Jesús, atentamente, le pide algo. La samaritana no sólo se niega a darle agua, sino que se burla cruelmente de este judío tan atrevido. Jesús se le muestra como el Mesías prometido y le reprocha la mala vida que hace. La samaritana, avergonzada, le pide misericordia. Jesús la perdona y la bendice.

La Santa Cena

En esta escena Jesús se despide de los discípulos y de su vida pública en la cena del sacrificio de la Pascua. En esta cena Jesús comparte el pan y el vino con los doce apóstoles y anuncia la traición y el suplicio que está a punto de sufrir. Jesús se ofrecerá a sí mismo como víctima propiciatoria para la redención de la humanidad en la institución de la Eucaristía y profetizará su muerte inminente ante la incredulidad de los apóstoles.

El Sanedrín

Esta escena escenifica la venta de Jesús. La corte suprema de los sabios rabinos, el Sanedrín, quiere acabar con la amenaza de lo fascineroso que se proclama como nuevo Mesías, y acuerda con Judas la captura de Jesús. Judas Iscariote traiciona al Maestro y vende a los sacerdotes del Sanedrín la información del lugar donde Jesús se ha recluido con muy poca compañía. Inmediatamente los rabinos aceptan el trato y disponen la toma de Jesús, que desde ese momento tiene ya la sentencia dictada.

Justo después de la escena del Sanedrín durante la cual se condena a muerte a Jesús, la Danza de la Muerte hace acto de presencia en la plaza. Como una premonición de lo que sucederá más adelante, los cinco bailadores hacen una solemne aparición, atravesando la plaza de cabo a rabo.

La Danza de la Muerte

Descubre a todos sus miembros y su simbología

Una vez pasada la Danza de la Muerte, se representa la escena del Huerto de Getsemaní. Jesús se encuentra haciendo oración en el huerto de los olivos, en Getsemaní. conformado a su suerte, es él mismo que se ofrece a la guerrilla de judíos que le han ido a tomar y que caen asombrados por su valentía.

Poncio Pilato

Esta escena representa el momento en que Jesús es conducido ante el pretor romano, y será juzgado y sentenciado a morir. ante las amenazas de los rabinos de estimular al pueblo en la revuelta contra Roma y firma la sentencia mientras intenta autoconvencerse de que aquel caso era un asunto interno entre judíos.

Una vez condenado a crucifixión, la cruz se levanta sobre el cadalso. La escena concluye, con mucha fuerza emotiva, en el momento en que los judíos cargan la cruz en los hombros de Cristo y le pasearán por toda la vía dolorosa en medio de graves insultos, agresiones y burlas.

Con este cuadro se pone punto y final a la representación de la Pasión en la Plaza Mayor.