Crucifixión
La representación por las calles culmina con el cuadro de la Crucifixión y Descendimiento de la Cruz , integrado por varias escenas: el acto mismo de clavar a Jesús en la cruz; el levantamiento de la cruz; los sayos jugándose la túnica en los dados; la despedida de la Virgen María (después de la cual resuenan las notas impresionantes del Stabat Mater); el diálogo entre un centurión romano y un capitán arrepentido; y el Descendimiento de la Cruz.
Sin antorchas ni iluminación tradicional, el ambiente se crea mediante efectos audiovisuales que transportan a los asistentes a un momento de gran impacto emocional.
El punto final lo pone la reverencia de la Muerte, que se rinde ante el Cordero de Dios, que al tercer día resucitará.